Esquela breve del argumento de autoridad

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Con Internet las certidumbres están patas arriba. La autoridad del conocimiento, así en basto, parece tenerla Wikipedia, una enciclopedia con un nivel de imprecisión e incluso errores hasta hace poco intolerable. El origen autorizado e independiente de información que ‘nadie pone en duda’ es Wikileaks, una página de filtraciones que ‘dice’ que comprueba y valida la veracidad de lo que publica, pero que defiende sus fuentes tan bravamente que no se puede saber si lo que dice es verdad entera, a medias o inventado (salvo, claro, por las reacciones de la Clinton). Y en este río tan revuelto se ha acabado de ahogar el argumento de Autoridad. Porque aunque nos vendieron la moto de que había muerto con la imprenta, nunca lo hizo. Las autoridades se han sucedido unas a otras, o existen varias autoridades a la vez, pero el esquema conceptual nunca se había extinguido. ¿Que no? ¿Y qué era la Enciclopedia Británica más que un compendio de A.A. cuyas definiciones había que creerse sí o sí? ¿Y el Papa de Roma? ¿Y los profesores en la escuela en la que nos hemos enculturado?

Outside the US National Academy of Sciences. Atribución flick/photos/nasonurb/5121298271

Puede que llegásemos a estar convencidos de que se pasó del argumento de autoridad al sano “poner todo en tela de juicio”, pero factualmente se cambió por una legitimación de cierta gente –autoridades igualmente- en cuyos dictados se podía confiar por que habían demostrado su buen criterio con anterioridad o por estar apoyados en instituciones. Había un status quo en que se aceptaban las opiniones de ciertas autoridades sin temor y sin comprobación, guardando en la manga el as nunca usado del improbable derecho de réplica. En resumen, lo que se proclamó como el fin del argumento de autoridad fue el fin ‘de jure’ de la autoridad para aceptar ‘de facto’ la existencia de autoridades. Pero seguíamos teniendo ‘malos argumentos’. Los argumentos malos son simple y llanamente sobre los que no hay derecho a discusión, los que se aceptan por venir de donde vienen. Aunque sean verdaderos. ¡Qué le vamos a hacer! Para mí, es igual de malo que haya una sola autoridad o varias. Y por muchas imprentas que hubiera, el argumento de autoridad seguía tan vivo como siempre.

Atribución flickr-com/photos/bachmont/2805943232

Hasta el momento en que Internet se generalizó, -hasta antesdeayer, vamos- el argumento de autoridad tenía derecho de pernada sobre cualquier nuevo planteamiento o idea. El verdadero poder del argumento de autoridad no venía de la tradición, ni de lo intachable o lo cabal de sus enunciados. ¡Ni mucho menos! La violencia de su poder consistía en la capacidad de ser difundido. Dicho de otro modo, para que tus argumentos tuvieran la oportunidad de ser discutidos, se difundieran, tenías que ser una autoridad. Si se difundían, era porque alguien había decidido publicar esa obra o invitar a esa persona a un debate radiofónico y esta decisión era prueba y consecuencia de la autoridad del actor. Y esto se acabó. Por fin, la justicia poética de Internet corona, dando oportunidad a la difusión de sus opiniones, a una miríada de autoridades distintas sobre cualquier materia, diciendo cosas dispares. Y ante la inexistencia de un índice maestro que diga quien tiene más autoridad que quien, el argumento de autoridad ha muerto. Porque, realmente, no estaba basado, necesariamente, en su calificación, sino en el poder de ser difundido, se ha ahogado en la competencia feroz del mar de información que es Internet. La próxima vez, antes de juzgar el maremagno de información de Internet como infobasura, recordemos esta reflexión: quizás sea esta infobasura la que nos ha obligado a sacar el as del espíritu crítico de la manga, ese as que habíamos olvidado, confortados como estábamos de que los libros o la tele no engañaba.

Raúl Antón Cuadrado

…fit condamner le livre par des jurisconsultes que ne l’avaient pas lu… [..hizo condenar el libro por jurisconsultos que no lo habían leído…] Micromégas, Voltaire

8 comentarios sobre “Esquela breve del argumento de autoridad

  1. Alfonso

    La verdad es que está siendo un revulsivo. En el país digital cada día ponen alguno de los cable como cabecera. Pero tal vez sea el tipo de web que iniciar el camino a la sociedad red y al estado red.

  2. Charlie

    El criterio (o argumento) de autoridad fue desestimado definitivamente con el triunfo del positivismo, que establece como único criterio válido lo empírico. Digamos que ya a finales del sXIX no era el criterio imperante. Así que no se ha perdido nada

    Wikileaks roza lo empírico cuando publica documentos pero, efectivamente, entre que son digitales y que no tenemos constancia de su autoría es lícito que tengamos necesidad de «amarrar» bien la verdad en algún punto fijo. Otra cosa distinta es que la autoridad (uni o multipersonal) vuelva a ser nunca ese punto fijo.

    En la red estamos huérfanos de otra autoridad que no sea la de la opinión promediada, y quizá no sea tan mala como pensamos.

    1. Raúl

      Sí. Puede que sí.
      Pero el asunto era hasta hace poco que no tenemos acceso a los datos de primera mano, así que no podemos individualmente aplicar el positivismo. ¿Quién está legitimado para que dejemos en sus manos el positivismo y que luego difunda los resultados? Por ejemplo, en cualquier tema de la actualidad y noticias, que no podemos ver de primera mano o, incluso en la ciencia o en la técnica. ¿A quien creer?. A esa es a la autoridad que me refiero: al legitimado o los legitimados.

      Mi opinión es que hasta hace poco, los legitimados -unicos que tenían además la oportunidad de transmitir sus opiniones- hacían la función de autoridades, aunque nos escueza (a mi me escuece), porque ante la imposibilidad de saber las cosas de primera mano nos acababamos creyendo lo que decían.

      Otra opinión al respecto: Lyotard, un apostol del postmodernismo, decía que desde mid sXX, había ya una crisis de legitimación.

      Poco importa si había ya crisis de legitimación o si aparece ahora con la multitud de opiniones en Internet, tantas que nos sabes a quien creer. Incluso poco importa si haces distinción entre legitimación y autoridad, como tú, o no la haces, como yo. Lo cierto es que ahora estoy seguro que estamos de acuerdo en que con Itnt, hay que armarse de mucho espíritu crítico y saber donde buscar!!

      En cuanto a la opinión promediada, Habermas (no sé si ya muy viejo…) se quejaba en 2005,creo, de que con Internet, los intelectuales -no debía referirse a la Esteban, sino a otros de más talla- ya no podían dirigir la reflexión de la esfera pública. Vamos que el destino de la humanidad estaba en manos de nosotros la purria 😉 ¿Qué opinas?

  3. ikerug

    Pues un servidor cree que esta tan vivo como siempre. La autoridad la conferimos nosotros en funcion de lo que pensamos. A no ser que nos convirtamos en unos escepticos pirronistas (lo cual hace la vida complicadisima), tenemos la necesidad de creer en personas y cosas (desde el Papa a Marx, desde un amigo a la Belen, desde el Jueves a la Gaceta, desde Nature a Iker Jimenez, y esa Fe es la que otorga autoridad.

    Just my two cents.

    1. itcomext

      Aunque al fin y al cabo, el que cada uno decida por sí, no sería autoridad, sino espíritu crítico. Autoridad es más bien que algo no se discuta por venir de donde venga.

      A parte de esto, coincido contigo en que tenemos la necesidad de creer en personas y cosas, porque si no sería fatigadísimo… sin embargo ahí es donde está el quiz, en formar el espíritu crítico que me permita elegir entre la Belén o el Amigo ¡qué grande eres! o saber si el Iker Jimenez es divertimento o ciencia.

      Solo decirte una cosa: ten cuidado con eso de que ‘esa Fe es la que otorga autoridad’… esto ya se ha dicho antes y luego no hay manera de sacudirselo de encima. ;-P

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  5. PoipOrbibia

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